El pasado día 25 hice mi última entrada en este Blog y que pensaba haberla hecho el día anterior, por la circunstancia que en el mismo señalaba.
Hoy, sin ninguna efemérides que traer a este blog me pongo a escribir sin que al principio tenga tema previsto que desarrollar. Puedo decir, que aquí en casa de mi hija me hallo convaleciente y sujeto a recomendaciones de no excederme en actividades físicas que puedan conducirme a la pequeña recaída de días pasados.
Antes de proceder a esta nueva entrada, he pasado la vista por la anterior, donde por mi eficiente editor ha colocado las dos fotografías que previamente le había remitido. Y que le vamos a hacer, en la primera de ellas me he pasado un rato contemplándola, y se me ha venido al pensamiento que en mi infancia, en casa de mis padres solamente había tres fotografías; una de mi madre, que se la hizo cuando tenía 17 años...
Otra de mi padre de cuando se encontraba prestando el servicio militar en Melilla, en la que sobre una repisa que está a su derecha, tiene colocada la foto de la entonces su novia, de la que yo hago referencia anteriormente...
De esa observación, como no, mis recuerdos han pasado sobre lo que fue la vida de mis padres, que solamente el traerlas a la memoria destrozan el alma, de las adversidades que les tocó vivir, y el sufrimiento que debió causarles, no solo los padecimientos de ellos, sino los que hubieron de padecer con los que también les alcanzó a sus hijos. Me miro a mí mismo, y que afortunadísimo he sido una vez pasados algunos años de mi adolescencia y primeros de mi juventud, donde todo ha sido felicidad, no solo para mí, sino por lo que fue todo mi matrimonio, y lo mas IMPORTANTE, como lo ha sido, y es, para mis hijos, y como igualmente lo está siendo para mis nietos. Y de toda esta consecuencia que acabo de señalar, yo ahora me veo atendido como suele decirse "entre algodones", única circunstancia que alcanzó, no tanto a mi padre que falleció cuando la situación, principalmente la económica, todavía en España atravesaba con los flecos que quedaban de los llamados "años del hambre", pero sí a mi madre que su óbito lo fue 35 años después que su marido.
Que más puedo pedir a estas alturas de la vida, y que iba a colocar una palabra, que la asidua lectora de este blog y por añadidura amiga, parece ser que dice tengo la obsesión de colocar a troche y moche, y que cuando menos eso daba a entender en el comentario que hizo a mi anterior entrada, y voy a darle satisfacción no poniéndola, aunque creo no tardaré mucho en hacerlo.
Bueno, con cuanto queda dicho, por lo menos he salido del trance y otra entrada más que llega a engrosar este humilde blog.
Hasta la próxima y que a ver si me encuentro ya totalmente fuera de esta convalecencia.
Antes de proceder a esta nueva entrada, he pasado la vista por la anterior, donde por mi eficiente editor ha colocado las dos fotografías que previamente le había remitido. Y que le vamos a hacer, en la primera de ellas me he pasado un rato contemplándola, y se me ha venido al pensamiento que en mi infancia, en casa de mis padres solamente había tres fotografías; una de mi madre, que se la hizo cuando tenía 17 años...
Otra de mi padre de cuando se encontraba prestando el servicio militar en Melilla, en la que sobre una repisa que está a su derecha, tiene colocada la foto de la entonces su novia, de la que yo hago referencia anteriormente...
De esa observación, como no, mis recuerdos han pasado sobre lo que fue la vida de mis padres, que solamente el traerlas a la memoria destrozan el alma, de las adversidades que les tocó vivir, y el sufrimiento que debió causarles, no solo los padecimientos de ellos, sino los que hubieron de padecer con los que también les alcanzó a sus hijos. Me miro a mí mismo, y que afortunadísimo he sido una vez pasados algunos años de mi adolescencia y primeros de mi juventud, donde todo ha sido felicidad, no solo para mí, sino por lo que fue todo mi matrimonio, y lo mas IMPORTANTE, como lo ha sido, y es, para mis hijos, y como igualmente lo está siendo para mis nietos. Y de toda esta consecuencia que acabo de señalar, yo ahora me veo atendido como suele decirse "entre algodones", única circunstancia que alcanzó, no tanto a mi padre que falleció cuando la situación, principalmente la económica, todavía en España atravesaba con los flecos que quedaban de los llamados "años del hambre", pero sí a mi madre que su óbito lo fue 35 años después que su marido.
Que más puedo pedir a estas alturas de la vida, y que iba a colocar una palabra, que la asidua lectora de este blog y por añadidura amiga, parece ser que dice tengo la obsesión de colocar a troche y moche, y que cuando menos eso daba a entender en el comentario que hizo a mi anterior entrada, y voy a darle satisfacción no poniéndola, aunque creo no tardaré mucho en hacerlo.
Bueno, con cuanto queda dicho, por lo menos he salido del trance y otra entrada más que llega a engrosar este humilde blog.
Hasta la próxima y que a ver si me encuentro ya totalmente fuera de esta convalecencia.