martes, 21 de septiembre de 2010

Entre dos generaciones

Fuente: www.eseg.it

Aparte de un mes que este pasado verano estuvo en Madrid, hoy 21 de septiembre de 2010, un nieto mío con 24 años cumplidos, ha salido por primera vez del entorno familiar para trasladarse a Bolonia (Italia), con el propósito de cursar su último año de carrera.

Dos generaciones anteriores a la de mi nieto, que es la mía, y concretamente yo, cuando tenía su edad, voy a relatar mi curriculum vitae, como creo que se escribe.

No mas terminar de cumplir los diez años y por razones de índole familiar, hube de colocarme de porquero, donde permanecí por espacio de unos cinco meses, aunque todas las noches regresaba a dormir a mi casa, o sea a casa de mis padres.

Antes de cumplirse los tres meses de la Guerra Civil española, en que abandonamos mi pueblo como refugiados, con la edad de 11 años, durante el traslado desde mi pueblo a Pozoblanco, una distancia de unos 30 kilómetros, hube de caminar llevando a ni hermana de dos años, a cuestas, sin que mis padres teniendo que atender otras preferencias, me pudiera echar una mano en el cometido que me había sido asignado. Ya en el exilio y por espacio de unos dos años, todos los días, sin excepción alguna, salía al campo para llevar a pastar una caballería y dos cabras que teniamos.

En el mes de septiembre de 1938 y unos días después de que mi padre fuera movilizado y llevado al frente de guerra de Extremadura, cuando contaba 13 años de edad, me coloqué de pastor, ayudando a dos hombres mayores, en la guarda de un rebaño de ovejas pertenecientes a los Servicios de Intendencia del Ejército republicano. En el desbarajuste de los últimos días de la guerra, me obligaron a que juntamente con los dos hombres que formábamos el equipo de pastores, nos trasladáramos con todo el rebaño hacia otras localidades, dado a que las fuerzas "fascistas" como se las catalogaba estaban llegando hasta Pozoblanco, limítrofe con Pedroche, donde pertenecía el término municipal de donde estábamos ubicados.Con esta determinación me obligaban a separarme de mi madre y hermanos, todos menores que yo, y mi padre en el frente de guerra, si tener noticias de él, de como pudiera encontrarse. Cuando habíamos realizado un desplazamiento de unos cinco o seis kilómetros fui relevado de esta misión por un tío mío. Unos quince días después y una vez regresados a mi pueblo, cuando aún me faltaban unos días para cumplir los catorce años, comenzó mi trabajo en el campo en las diferentes faenas que se presentaban.

En los primeros días del mes de Diciembre de 1940, con quince añitos, me fui a trabajar a la finca de La Calera, vareando aceitunas, distante de mi pueblo unos diez o doce kilómetros. A partir de ese momento continué trabajando en dicha finca en las diferentes faenas que requería el olivar, con algunas escasas alternancias, hasta el mismo día en que cumplía los 19 años de edad. Por tanto un periodo de casi cinco años, fuera de mi familia y donde desde aparte del trabajo, yo tenía que valerme por mí mismo, en todo lo concerniente a comida, aseo, ropa y todo cuanto se pudiera presentar.Iba por mi pueblo aproximadamente cada mes, para cortarme el pelo, o antes si por medio había un día de fiesta importante y asistir al baile si se celebraba.

Como digo estuve en La Calera hasta el mismo día en que cumplía los 19 años. No más de quince días después me puse a trabajar como minero en una explotación carbonífera, situada a unos seis kilómetros de mi pueblo, distancia que diariamente tenía que recorrer tanto en ida como vuelta, mas siete horas trabajando en el interior de los pozos. Aquí lo único novedoso y bueno que tenía es que no trabajábamos los Domingos o fiestas que se consideraban no laborables. En esta ocupación, la que detestaba, permanecí por espacio de dos años.

Abandonado voluntariamente el trabajo de la mina, me incorpore al Ejército. En el mismo permanecí por espacio de dos años y medio. Este espacio de tiempo que por supuesto estaba separado de la familia, fue el mas cómodo y mejor que hasta entonces había tenido en toda mi vida. Finalizado el servicio militar y por razones que en mi entrada anterior en este blog, hacía constar, hube de volver al trabajo de la mina, en cuya situación y actividad, cumplía los 24 años que hoy tiene mi nieto mayor y que en el día de hoy ha emprendido por primera vez la separación de su entorno familiar, lo que en comodidad se deja atrás, aparte del sentirse rodeado de sus seres queridos.

Independientemente de todas las vicisitudes señaladas tan diferentes a las realizadas por mi señalado nieto, José Carlos para mas señas, que han sido todo estudios y junto a sus padres, otra diferencia tan abismal como las señaladas anteriormente, es la de que yo desde los once hasta los mas de veinte años edad, escasísimos días fueron los que llegué a saciar el hambre que casi era crónica en su padecimiento. Por añadidura yo tuve que padecer la estancia durante tres años en la cárcel de mi padre, una grave enfermedad de mi madre que la tuvo postrada en la cama mas de cuatro meses, y etc. etc. etc. Con estos etcéteras podría proseguir varias páginas más.

Si alguien en mi adolescencia y juventud me hubiera dicho la vida que iban a llevar mis nietos, incluso la que han llevado mis hijos, me hubiera entrado la "risa". Pero así ha sido y quiera Dios que así siga. Por lo que a mi respecta, lo pasado, pasado está. No obstante, creo alguien mas importante que yo dijo: "En la adversidad, se forjan los grandes corazones". Cuando menos eso es cierto, por lo que respecta a sobrellevar con entereza otros avatares adversos que se le puedan presentar a uno durante el resto de su vida.

Creo que las diferencias señaladas en el discurrir de las personas comprendidas entre esas dos generaciones es mas que evidente. Lo mío no era un caso excepcional. Lo de mis nietos tampoco.

Hasta
otra entrada.

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