Tal día como hoy de hace veintinueve años pase a la situación de "Retirado" como Subteniente de la Guardia Civil. Aquel día, se me ofreció un acto como homenaje de despedida y que fue promovido por los componentes del Servicio de Información de la Comandancia, a los que hacía varios años había dejado de mandar. Algunos, ya han desaparecido, tanto a éstos como a los que aún perviven, vuelvo a mostrarles mi profundo agradecimiento.
Aquel 27 de abril de 1981, cuando regresé aquí, a mi casa, y procedía a despojarme de mi uniforme no pude reprimir que abundantes lágrimas fueran derramadas por mis ojos. A esta misma situación, fui acompañado por mi mujer, que dándonos un fuerte y apasionado abrazo con la añadidura de muchos e iguales besos uníamos nuestro sentimiento de aquel adiós definitivo a mi permanencia en la Guardia Civil. Como creo he referido en varias ocasiones, mi permanencia en este Cuerpo, fue mucho más que una aportación dineraria, aunque menguada, dicho sea de paso, para el sustento de mi familia. Fue una conjunción de fidelidad por mi parte y un cúmulo de circunstancias que a lo largo de toda mi estancia en el Cuerpo por espacio de TREINTA Y UN AÑOS cumplidos, colmaron con creces todo cuanto yo puse a disposición de mis cometidos. Me traje la consideración de la inmensa mayoría de los superiores de los cuales estuve a sus órdenes directas, el afecto de mis iguales, y para mí lo mas gratificante, el respeto y por encima también de ésto, el sentimiento de compañerismo de cuántos estuvieron a mis órdenes.
Hace poco más de media hora, he vuelto a enfundarme en aquel uniforme que hacía 29 años que no lo hacía. Alguna dificultad para hacer que la botonadura encajara en sus ojales respectivos, pero al fin me lo he colocado. Me he puesto ante el espejo y durante unos minutos me he estado contemplando detenidamente. Mis recuerdos se retrotraían hasta veintinueve años atrás y como aquel día he vuelto a llorar. El principal desaliento ha sido el que no he tenido la acompañante que en aquella lejana fecha me acompañó con sus lágrimas y por otra parte, el deterioro físico que en tan larga temporada he podido comprobar ha sufrido mi persona.
Todo el relato anterior, por mejor decir, su consecuencia, es que hoy hace ochenta y cinco años que vine al mundo. Desde mi niñez, y a lo largo de toda mi juventud, cada vez que alguien se refería, o mi pensamiento por alguna causa pensaba en el año 2000, jamás me hice la ilusión de poder contemplar la finalización del Siglo en que vine al mundo. Hoy hace ya diez años que rebasé los setenta y cinco abriles que nunca pensé llegar a cumplir, pero aquí estoy y así hasta que Dios quiera siga transitando por este mundo y que toda mi descendencia continúe con los mismos niveles de situación general en que hoy se encuentran, y como no, a mí por lo menos me mantenga como mínimo tal ahora lo estoy.
Hasta otra entrada.