domingo, 14 de febrero de 2010

Domingo de Carnaval


Hoy 14 de Febrero de 2010, es Domingo de Carnaval y también la festividad de San Valentín, día de los enamorados. A la vez hace un día de "perros" como suele decirse, ya que está nublado, llueve y hace mucho frío.

Por cuanto a la segunda festividad del "Día de los Enamorados", solo me queda la desazón de hacer mas de trece años que perdí al ser en quién estuvo depositado todo mi enamoramiento durante larguísimo tiempo y como no, echarlo de menos hasta el punto de en dos o tres momentos, las lágrimas se han asomado a mis ojos al traerme a la memoria épocas pasadas.

Con respecto al Carnaval como tal, mis recuerdos se pierden allá por los años CUARENTA del pasado siglo, en plena juventud y en mi pueblo, dado a que después de ello, jamás he tomado parte en dichas fiestas.

De niño recuerdo levemente el haberme disfrazado, aunque no puedo decir de como y de que lo hice. Mi principal participación en cuanto a disfraces, lo fué cuando tenía 16 ó 17 años, que juntamente con mi entrañable amigo (q.e.p.d.) Francisco Fernández Campoy, "Currito", nos disfrazamos de mujer. Aunque pueda parecer petulante, ambos éramos bastante agraciados de físico y mujeres de la familia nos hicieron un disfraz tan perfecto que que incluso gentes del pueblo a primera vista nos confundieron con bellas jovencitas. Puedo jurar que causamos admiración en el pueblo. Creo que fue hace dos años hablando con una mujer de mi pueblo y de mi edad, me recordó lo "guapas" que estábamos.

Por otra parte y creo fue en los carnavales de 1950, formé una "murga" de la que fui director, que sacando coplillas de los principales acontecimientos de la localidad durante el año anterior fue tal el éxito que hoy, 60 años después queda como referencia de todas las hasta hoy conocídas. Aquella murga la designamos como "LA MURGA DE LOS PAÑEROS", dado a que el principal tema que tratamos fue el de unos charlatanes que llegaron al pueblo vendiendo géneros de paño, tales como mantas y otras prendas y poco rato después de haber hecho muchas mujeres importantes compras, se dieron cuenta que habían sido engañadas. Un grupo numeroso de ellas se fueron hacia los "charlatanes" conminándoles a que les devolvieran el dinero empleado. Los comerciantes trataron de huir con una furgonetilla que llevaban, pero las mujeres se agarraron al vehículo y aunque fueron arrastradas varios metros, les obligaron a pararse, teniendo que intervenir la Guardia Civil, cuyo final tuvo lugar precisamente en las proximidades del Cuartel. El motín consiguió que les devolvieran el dinero previa la entrega de las prendas y mantas adquiridas.

Todo ha cambiado tanto y principalamente yo, que llevo añadido sobre mis hombros otros SESENTA AÑOS ENCIMA. No obstante, reconforta un tanto transportarse aunque sea con el recuerdo hasta aquella gozosa juventud.


Hasta la próxima.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Trece años ya

Hace trece años a esta misma hora yo me encontraba solo en la Sala de Espera del Hospital Parque San Antonio. Mis hijos se habían ido para la UVI del referido Hospital, donde mi mujer se hallaba en estado muy grave según la noticia que sobre las ocho de aquella mañana nos había comunicado el Dr. José María Rodríguez. Yo en aquellos instantes no tenía conciencia de quien era, como estaba ni quizá donde me encontraba. Para mí parece ser que todo me era indiferente, INCLUSO EL ESTADO DE SALUD DE MI MUJER, que no muchas horas antes lo era casi todo en mi vida.

A partir de la situación anterior, solo tengo sensación de momentos puntuales en que parece ser recobraba algo mi conciencia. Fui ingresado en el servicio de urgencia donde me encamaron y me sometieron a infinidad de pruebas. No se el tiempo que había transcurrido cuando me dí cuenta que estaba encamado en una sala del Hospital con una gran actividad de personal sanitario, solicitando sangre para transfusiones. No sé si en esos momentos o después, no lo se, me dí cuenta que llegaba el Dr. Rodríguez a quien le pregunté por el estado de mi mujer. "Gloria está bién", me respondió escuetamente y cuya frase se me quedó enteramente grabada.

Después de todo lo relatado anteriormente aquel día, para mí todo es tiniebla. Lo que hubo de formarse a partir del momento que he citado de la llegada a la Sala de Don José María Rodríguez, que era el Médico que la había operado en las distintas ocasiones de su enfermedad me hago ahora una idea de lo que pudo ser, ya que aquella llegada del médico lo fue para comunicar que mi mujer terminaba de fallecer. A mi creo que me pasaban también en esos momentos a los servicios de la UCI, y que no se si cuando yo llegué mi mujer se encontraba todavía allí de cuerpo presente.

No pude verla ni en sus últimos momentos de vida, ni tampoco yá cadáver. El último recuerdo que de ella guardo es el de una leve sonrisa e intento de decirme adiós levantando con cierto trabajo la mano, cuando se cerraba la puerta del ascensor que la bajaba hacía los quirófanos donde iba a ser intervenida. El ruído que el ascensor producía cuando bajaba con su débil cuerpo sobre la camilla, lo llevo incrustado en lo mas profundo de mi alma, dado que mis sentimientos parecían decirme que la transportaban y la apartaban de mí para toda una eternidad, como así fue.

Hoy cuando se cumplen TRECE AÑOS de tu fallecimiento, solo te mando una noticia. Tus HIJOS, incluídos los políticos, y tus NIETOS, son como para estar orgullosos de TODOS. Tú, cuánto lo estarías gozando. Yo lo hago por los DOS. De mí, que voy a decirte, trece años mas viejo.

Hasta otra entrada en el blog.

martes, 2 de febrero de 2010

Dos noches, pero diferentes

Desde que hace días comencé con esta medio gripe, esta pasada noche la he pasado de un tirón, sin un solo golpe de tos y me he pasado mas de cinco horas durmiendo sin despertarme una sola vez y desde las diez y media de la noche que estuve tosiendo unos tres o cuatro minutos, hasta ahora que son las diez menos veinte de la mañana, no he vuelto a toser. En resumen, esto parece que vuelve a la normalidad.

Tan pronto he despertado, mis recuerdos han volado inmediatamente trece años atrás y se me ha venido a la memoria la noche del día uno al dos de febrero de 1997 que fue sin duda la peor de toda mi vida. Aquella noche, cuando a mi mujer se le estaban agotando los días de su existencia y a bien entradas horas de la madrugada me pidió que la lavara, dado a que las enfermeras no lo hacían bién y solo le daban unos "manotasos", concretamente me dijo. Dos sueros distintos tenía conectados, su estado físico era extremedamente débil y para llevar a cabo lo que me pedía tenia que trasladarla hasta el cuarto de baño, entrañaba una gran dificultad cumplir con lo que me solicitaba, dado a que mi estado de salud se resentía yá de lo que unas treinta horas después me fue diagnosticado.

Aunque yo veía la casi imposibilidad de cumplir semejante misión, no podía negarle lo que para mis adentros podría ser uno de los últimos deseos a los que podría acceder.

Al fín y con grandes dificultades la trasladé hasta el baño. Sentada en una silla y utilizando los servicios de un pequeño baño de plástico le fuí lavando su cuerpo por sectores. El mover su esquelético cuerpo suponía para mí un titánico esfuerzo y en esas condiciones no menos de una hora tardé en cumplir lo que me había pedido. Creo estaba amaneciendo el día 2 de febrero de 1997, en que por la tarde habían de volver a operarla, cuando por fin terminaba por depositarla en su cama. Yo volví a ordenar un poco el cuarto de baños, incluso con una fregona secar en lo que pude el agua que se había vertido sobre el suelo. Ya no podía más. Me fui hacia mi cama, estaba totalmente exhausto y cuando estaba próximo a mi lecho, no me acosté, caí sobre la cama. Ya no tenía aliento siquiera para llamar a la enfermera y creo que tardé cuando menos una hora en poder reaccionar, acostarme y taparme con la tapa correspondiente. Mi mujer creo que ni siquiera se dió cuenta de la situación en que me encontraba. Jamás hasta entonces me había visto en situación semejante. Jamás tan dramático esfuerzo me costó realizar semejante cometido. Hoy, lo doy por bien empleado dado a que fue lo último que pude hacer por ELLA. Al día siguiente llegó el DESASTRE TOTAL. Mañana si Dios quiere volveré.