Santorini, Grecia
Hace unos días, no se cuántos, pero podrían ser diez por ejemplo. Desde una mesa en el comedor, próxima a la que con otros tres comensales yo ocupo en esta Residencia, esa también ocupada por cuatro, pero del sexo femenino, a una de ellas le oía decir "hoy es el último día que estoy aquí, mañana me voy a mi casa ". Y así sucedió, pasado aquel día no la he vuelto a ver.
Esa señora de una edad que podría estar entre sesenta y setenta, ignoro los motivos que hasta aquí la trajeron, ni la causa por la cual se iba, y aunque creo recordar su nombre no voy a citarlo toda vez que no viene al caso. Pero desde entonces si me he preguntado a mí mismo: "¿Y yo cuando voy a decir lo que ella dijo?". Y a la vez me respondo, "yo nunca". Y cualesquiera que llegue a leer esta entrada podrá pensar, y porque no. Y aquí podría responder como aquel paisano mío y además torero, apodado El Guerra, aquello de "porque no puede ser y además es imposible", añadiendo otra cuestión y la más importante, porque yo no quiero. Es que aquí estoy mejor que estaba en mi casa, no, aunque si totalmente satisfecho dado el porqué me hallo en esta residencia y las vicisitudes a lo largo del camino a recorrer, van dictando como y de que manera deben o pueden llevarse a cabo.
La vida de cada persona está jalonada por diferentes etapas que pueden ser diferentes para cada una, según las circunstancias que puedan asistirle, el entorno en que haya estado antes y en fin todo eso que nos lleva a que las cosas sean así.
Por ventura, mi "cabeza" la mantengo tal si estuviera en la plenitud de mi vida y sin duda ello, ayuda a determinar, que la única y mejor modo y manera de continuar mi paso por ella es ésta. Me siento debidamente atendido, eso sí, por un casi matriarcado como creo lo he dicho en alguna otra ocasión, exceptuando el médico, algún enfermero, y poco mas, pero si digo que ese matriarcado ejerce sus funciones, para mí, a plena satisfacción.
Hago constar, que sin duda será una de las exigencia impuestas por la dirección, pero tan en pleno lo llevan a cabo, que los residentes parece ser que somos una entrañable parte de la familia de quienes nos asisten.
Por propia experiencia se, que cualquier consulta e incluso que se haga alguna protesta es recibida de buen talante y tan pronto sea posible procuran resolverlo.
Si todo es tal lo relato, ¿ que mas puedo pedir ?. Como en mi casa solo no puedo estar y las circunstancias familiares no permiten otra cosa, aquí seguiré, que como dejo escrito bien me va, hasta que cuestiones de fuerza mayor no decidan otra cosa.
Agradecido estoy de todo el personal desde la directora y toda su Plana Mayor como se diría en el argot militar, y aprovecho esta oportunidad y antes de que haya de irse, quiero felicitar por su buen hacer en sus prácticas como psicólogo, y creo se llama Francisco González, que dado las aptitudes que demuestra y dependiendo de quien tiene por "maestra", seguro será un profesional como lo es la mencionada de quien depende en sus prácticas.
Aquí me hallo, aquí continuaré y si recibiendo las atenciones tal viene siendo, donde mejor puedo hacerlo.
Hasta la próxima entrada y ya tendré tema en que hablar, o para mejor decir, escribir de ello.
Esa señora de una edad que podría estar entre sesenta y setenta, ignoro los motivos que hasta aquí la trajeron, ni la causa por la cual se iba, y aunque creo recordar su nombre no voy a citarlo toda vez que no viene al caso. Pero desde entonces si me he preguntado a mí mismo: "¿Y yo cuando voy a decir lo que ella dijo?". Y a la vez me respondo, "yo nunca". Y cualesquiera que llegue a leer esta entrada podrá pensar, y porque no. Y aquí podría responder como aquel paisano mío y además torero, apodado El Guerra, aquello de "porque no puede ser y además es imposible", añadiendo otra cuestión y la más importante, porque yo no quiero. Es que aquí estoy mejor que estaba en mi casa, no, aunque si totalmente satisfecho dado el porqué me hallo en esta residencia y las vicisitudes a lo largo del camino a recorrer, van dictando como y de que manera deben o pueden llevarse a cabo.
La vida de cada persona está jalonada por diferentes etapas que pueden ser diferentes para cada una, según las circunstancias que puedan asistirle, el entorno en que haya estado antes y en fin todo eso que nos lleva a que las cosas sean así.
Por ventura, mi "cabeza" la mantengo tal si estuviera en la plenitud de mi vida y sin duda ello, ayuda a determinar, que la única y mejor modo y manera de continuar mi paso por ella es ésta. Me siento debidamente atendido, eso sí, por un casi matriarcado como creo lo he dicho en alguna otra ocasión, exceptuando el médico, algún enfermero, y poco mas, pero si digo que ese matriarcado ejerce sus funciones, para mí, a plena satisfacción.
Hago constar, que sin duda será una de las exigencia impuestas por la dirección, pero tan en pleno lo llevan a cabo, que los residentes parece ser que somos una entrañable parte de la familia de quienes nos asisten.
Por propia experiencia se, que cualquier consulta e incluso que se haga alguna protesta es recibida de buen talante y tan pronto sea posible procuran resolverlo.
Si todo es tal lo relato, ¿ que mas puedo pedir ?. Como en mi casa solo no puedo estar y las circunstancias familiares no permiten otra cosa, aquí seguiré, que como dejo escrito bien me va, hasta que cuestiones de fuerza mayor no decidan otra cosa.
Agradecido estoy de todo el personal desde la directora y toda su Plana Mayor como se diría en el argot militar, y aprovecho esta oportunidad y antes de que haya de irse, quiero felicitar por su buen hacer en sus prácticas como psicólogo, y creo se llama Francisco González, que dado las aptitudes que demuestra y dependiendo de quien tiene por "maestra", seguro será un profesional como lo es la mencionada de quien depende en sus prácticas.
Aquí me hallo, aquí continuaré y si recibiendo las atenciones tal viene siendo, donde mejor puedo hacerlo.
Hasta la próxima entrada y ya tendré tema en que hablar, o para mejor decir, escribir de ello.
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