Pasaron los días de la celebración de mi cumpleaños que me ofrecieron todos los míos que han podido desplazarse y también los de aquí.
Todo lo grandioso que debió ser, y lo fue, dejó en mí, y dejado queda, un no se qué de amargura debido a que la falta de energías, no me dejaban exteriorizar esa alegría y agradecimiento que sentía y debía hacia ellos, de lo que a través de este relato hago, y pido perdón si así no lo demostré en su momento.
Ya sobre mi cabalgan NOVENTA Y TRES AÑOS, que pese a llevarlos con la suficiente holgura comparada con la edad, miro a mis adentros actuales y me retrotraigo años atrás y contemplo tan distantes aquella infancia, aquella adolescencia, aquella juventud, aquellos años de tantas y tantas BIENAVENTURANZAS, y ver como mi descendencia han ido también pasando los años, aunque con el desgarro y girones del alma que han ido dejando en mi los que de este mundo se fueron, pero a ellos han ido colocándolos lo que también el paso de los días marca, y así continúa, que hasta ahora, no tengo por menos que dar gracias a Dios de como ha estado siendo a la vez que continuo rogándole continúe con los que en edad le van a zaga.
Por cuanto a mi, cuatro meses se cumplieron ayer de hallarme en esta 109 como la vengo llamando, y puedo deciros a todos vosotros que tan dentro del alma os llevo, que tan a gusto me siento en ella, salvo lo que honradamente también os digo tiene bastante que mejorar, como es la comida, que hasta el final de la etapa que Dios me tenga establecida, si así lo continua siendo, llegaré hasta ella con el sosiego y felicidad como los ha sido mi largo caminar por este mundo, tal, que tan en verdad os lo deseo a vosotros que da la medida de como realmente lo es.
Es cierto también que cuando se alcanzan los 93, has tenido que ir dejando girones del alma de vez en vez, y que generalmente las mayores suelen ser las de aquellos que nos dejaron y aunque cicatrizan un tanto con el paso del tiempo, jamás se olvidan.
Ahora, y como siempre habremos de tener alguna preocupación, la mía en estos momentos no es otra que la boda de mi primer nieto, en vida, pero que la merma de mis energías y fuerzas son superiores al deseo, tal que me siento incapaz de intentarlo siquiera, de lo cual pido se me perdone.
Como mis quehaceres tan escasos son, que dejan tiempo para que a lo largo de cada día no paséis por mi recuerdo cada uno de vosotros, que a la vez que vuestra persona física queda reflejada en mi mente mis deseos son siempre el pedir a Dios y al destino lo sean tan magnánimos con vosotros como conmigo lo fueron y siguiéndolo siguen.
Aquí doy por terminada la entrada de hoy y hasta la próxima que Dios sabe de que tratara.
Todo lo grandioso que debió ser, y lo fue, dejó en mí, y dejado queda, un no se qué de amargura debido a que la falta de energías, no me dejaban exteriorizar esa alegría y agradecimiento que sentía y debía hacia ellos, de lo que a través de este relato hago, y pido perdón si así no lo demostré en su momento.
Ya sobre mi cabalgan NOVENTA Y TRES AÑOS, que pese a llevarlos con la suficiente holgura comparada con la edad, miro a mis adentros actuales y me retrotraigo años atrás y contemplo tan distantes aquella infancia, aquella adolescencia, aquella juventud, aquellos años de tantas y tantas BIENAVENTURANZAS, y ver como mi descendencia han ido también pasando los años, aunque con el desgarro y girones del alma que han ido dejando en mi los que de este mundo se fueron, pero a ellos han ido colocándolos lo que también el paso de los días marca, y así continúa, que hasta ahora, no tengo por menos que dar gracias a Dios de como ha estado siendo a la vez que continuo rogándole continúe con los que en edad le van a zaga.
Por cuanto a mi, cuatro meses se cumplieron ayer de hallarme en esta 109 como la vengo llamando, y puedo deciros a todos vosotros que tan dentro del alma os llevo, que tan a gusto me siento en ella, salvo lo que honradamente también os digo tiene bastante que mejorar, como es la comida, que hasta el final de la etapa que Dios me tenga establecida, si así lo continua siendo, llegaré hasta ella con el sosiego y felicidad como los ha sido mi largo caminar por este mundo, tal, que tan en verdad os lo deseo a vosotros que da la medida de como realmente lo es.
Es cierto también que cuando se alcanzan los 93, has tenido que ir dejando girones del alma de vez en vez, y que generalmente las mayores suelen ser las de aquellos que nos dejaron y aunque cicatrizan un tanto con el paso del tiempo, jamás se olvidan.
Ahora, y como siempre habremos de tener alguna preocupación, la mía en estos momentos no es otra que la boda de mi primer nieto, en vida, pero que la merma de mis energías y fuerzas son superiores al deseo, tal que me siento incapaz de intentarlo siquiera, de lo cual pido se me perdone.
Como mis quehaceres tan escasos son, que dejan tiempo para que a lo largo de cada día no paséis por mi recuerdo cada uno de vosotros, que a la vez que vuestra persona física queda reflejada en mi mente mis deseos son siempre el pedir a Dios y al destino lo sean tan magnánimos con vosotros como conmigo lo fueron y siguiéndolo siguen.
Aquí doy por terminada la entrada de hoy y hasta la próxima que Dios sabe de que tratara.