martes, 29 de marzo de 2016

El tiempo pasa

Semana Santa 2016
Jueves Santo
Santa Cruz de Tenerife
Nuestro Padre Jesús Cautivo en la salida de la Iglesia Matriz de la Concepción


Precisamente hoy se cumplen dos semanas de mi última entrada en el blog. Pocas veces desde que inicie el mismo hace ya mas de siete años, creo he tardado tantos días de una a otra entrada, salvo a que por ejemplo enfermedad alguna me lo impidiera, aunque en este caso nada de eso ha sido, pero lo cierto es que catorce días llevamos transcurridos desde el quince y que fue el aniversario de la goleada del Málaga al Real Madrid, que aunque no pueda considerarse un hecho trascendente en la vida de los pueblos, por lo que respecta al deporte rey como hoy se le llama al fútbol, si lo lo fue, al punto de que es un antes y un después de aquella gesta del C.D. Málaga, lo cual ni por aproximación ha vuelto a darse.

Entonces, ¿a que se ha debido el paso de esas dos semanas, sin que yo ni siquiera me he dado cuenta de que así hayan pasado? Para vosotros los jóvenes, posiblemente podáis pensar que cuanto voy a exponer sea una simple excusa en querer justificar mi tardanza, y que esta mañana precisamente, se han dado por desaparecidas las causas o motivos que me han llevado a que esos días lo hayan pasado  más a prisa que lo hicieron por ejemplo los catorce anteriores. Y han sido, que los siete últimos, han estado, días mas unos, o algunos menos los otros, y la vuelta a sus ocupaciones el resto, mis hijos pasando aquí parte de la Semana Santa. Y es que, cuando los años llegan hasta situarse a la altura donde los míos se hallan, ninguna otra cuestión les llenan tanto sus ilusiones que el tenerlos a ellos lo mas cerca posible. Hoy, rumiando la dicha que estos hechos me han supuesto, he sentido pena de aquellas personas que cuando han dejado atrás la mayor parte de sus vidas, sin que tengan ese inigualable saldo positivo de una descendencia,  persona o personas a quien de verdad amas,  que el mero hecho de consultar tu cuenta corriente afectiva y compruebas que, aunque tal vez en tiempo pasado hayas tenido alguna pérdida de sus dividendos, aún te queda, como digo, un saldo positivo imprescindible para ayudarte a ir pasando los días que puedan quedarte  en esta etapa de la vida, que son lo que nada parangón puede tener con ellos otros recursos, no comprendo que esos seres a quien Dios o el destino no les ha permitido contar con tales eventos, en que pueden basar sus alicientes para continuar viviendo, máxime cuando raro es el día que algún achaque en la salud, o el propio devenir del paso de los días suele hacer acto de presencia.

Y es que, cuando menos en España, la sanidad cuenta con los suficientes medios para atender nuestra salud, esa afectividad que es la propia esencia del vivir, nada ni nadie,  puede dártela, si no lo son esos seres a los que adoras y así te corresponden, y que a medida que el sueño de la noche se va apoderando de tus sentimientos van desapareciendo de tu mente, y tan pronto como vuelves a recobrar tu conciencia, son lo primero que al recuerdo te vuelven, y no alcanzo a pensar cuales son las causas o motivos que los sustituyen a quienes no han tenido la suerte y la dicha de contar con ello. Como yo lo soy, pienso que todos aquellos que, agraciados lo fueron y lo son, como tan colmado lo he sido, y lo estoy siendo, deben estar atravesando su postrer etapa de este paso por la vida,  con la dicha y felicidad como siempre lo he sido, siéndolo sigo, y espero seguirlo hasta el final.

Por afortunado me considero, de lo que a Dios y a mi propio destino gracias doy.

Hasta la próxima entrada.     

martes, 15 de marzo de 2016

Aunque parezca mentira


Si por el tiempo que tiene fuera, la foto que acompaña esta entrada y su noticia, valdría una fortuna. Y es que como suele decirse ha pasado lo que se dice toda una vida...



El día 15 de marzo de 1953, hoy se cumplen nada mas que SESENTA Y TRES AÑOS,  se celebró en el Campo de La Rosaleda, de esta bendita Málaga,  de los pocos campos de fútbol en España, que tras sesenta y tres años conservan  el mismo nombre, el partido entre el C.D. Málaga y el Real Madrid. Resultado:  Málaga 6- Real Madrid 0.


Por muy extraño que pueda parecer a los aficionados de los actuales tiempos, pueden consultar las hemerotecas y se desengañaran, que no es la consecuencia de que una mente un tanto desquiciada por el paso de los años le ha dado por ahí el ponerlo como entrada en su blog.

La fotografía que tanto el anverso como el reverso, encabezan esta entrada, es una prueba gráfica de tan inusual acontecimiento deportivo.

En la misma, y señalado con un pequeño círculo sobre mi cara y cabeza, figuro yo, vestido de paisano, con una gabardina sobre mis piernas y brazos. El que figura a mi derecha y vestido de uniforme, con gorra, ya que los que prestaban servicio en las Aduanas la usaban en vez del tricornio, era madrileño, y cuando el Málaga comenzó a meterle goles al Madrid, tuvo que abandonar el campo dado el cabreo que iba tomando.

Sin duda para los jóvenes, y también no tan jóvenes de hoy, sin duda lo que mas les extrañe sea el resultado del mencionado partido. Pero yo que lo viví en directo, y de lo cual prometo que la fotografía que se acompaña fue hecha aquel día y con tal motivo, examinándola hoy, no es  lo que mas me ha llamado la atención.

Como se puede observar en dicha foto, a mi alrededor se pueden ver varios espectadores mas vestidos de uniforme, y otros, sobre todo los que están detrás de mí, aunque vestidos de paisano, también son Guardias civiles, entre ellos uno que figura con un sombrero, era Sargento. Pues, aparte del que cito que está a mi derecha que era madrileño y poco tiempo después se fue destinado a Madrid y nunca mas volví a tener noticias suyas,  y otros dos de los que también figuran de uniforme, que dejé de tener trato con ellos por sus posteriores destinos, todos los demás, esta es la fecha, que ninguno de ellos vive, aunque algunos fallecieron bastantes años antes que los otros lo fueron haciendo.

Sin que ninguna amistad mas o menos íntima me uniera a ninguno de ellos, salvo dos de los que figuran en la última fila de arriba y vestidos de paisano, al contemplarlos y reconocerlos hoy, se me encoje el alma, comprobando como el paso inmisericorde de los años se va llevando a cada cual, cuando tiene su momento señalado para ello.

Claro, yo no había cumplido todavía los 28 años, y poco mas de un mes me faltan hoy, para cumplir los 91.

Volviendo la vista hasta aquel lejano pasado, incluso comparando la variación entre ambos equipos de fútbol que aquel 15 de marzo de 1953 compitieron entre si, y se dio tal resultado, creo hay todavía mas diferencia entre el modo, forma y diferencia del vivir cotidiano de entonces al que se disfruta hoy. Y que decir del como estaba y hacía yo entonces, aunque tampoco puedo quejarme demasiado al como lo estoy ahora, pues como he citado hace un instante, de aquellos que conmigo estaban, seguro ninguno anda ya por estos andurriales.

Hasta la próxima entrada.

domingo, 6 de marzo de 2016

¿Y allí estaba yo?



El interrogante que figura en el título de esta entrada, no es que la haya puesto ahí por capricho, si no que corresponde a la pura realidad, por cuanto a donde me hallaba cuando tenía mis dieciocho, veinte y porque no, casi hasta los treinta años, ello en cuanto a las relaciones amorosas o de noviazgo.

Creo he hablado algo sob
re ello en alguna que otra entrada de este blog, pero hoy vuelvo a repetirme, por que tan abismal es la distancia de a como eran nuestras costumbres en la  edad de mis enamoramientos y la misión de buscar novia, a como lo es en estas fechas, que si nuestras madres, y que decir de nuestras abuelas, si volvieran a dar una vuelta por el mundo actual, creo no serían capaces de soportar la impresión que les ocasionarían cuando las pusieran al tanto de como se desenvuelven hoy, no los noviazgos, porque hasta eso casi se esta perdiendo, tal lo éramos antes, si no las vivencias aquellas que se nos exigían, a cómo hoy libremente eligen como han de ser, o para mejor decir, lo son.

Comenzaba a entrar la segunda mitad del pasado siglo XX, cuando yo caminaba ya por las calles de Málaga. No era ya un niño, sino que cumplidos tenía ya los veintiséis años. Dejo atrás otros escarceos amorosos, y voy a ceñirme al que finalmente, terminó siendo mi mujer.

Para ser totalmente exacto, señalaré que el domingo 27 de enero de 1952, conocí a una jovencísima mujer, por que realmente ya lo era, con la que al cabo de poco menos de un mes ya éramos novios. Esto sucedía como he citado aquí en Málaga capital, que en aquellas fechas,  como ahora, era la quinta o sexta ciudad de España.

El inicio de aquel noviazgo comenzaba al igual que la inmensa mayoría lo hacía en aquellos "tiempos", aunque  parezca que el decir eso de los tiempos, me esté refiriendo a siglos pasados, y momentos antes he citado que contaba ya 26 años de edad, y aun hoy, relatando estoy aquellas costumbres.

Pues voy a relatar aunque sea así a grandes rasgos, las normas que había que cumplir y que lo eran para la inmensa mayoría de las parejas. Salvo los días de grandes solemnidades, había que regresar a la casa como máximo a las diez de la noche. Antes de poder entrar a casa de la novia para poder hablar allí con ella, para lo que era preceptivo el solicitar permiso del padre, o de la madre, si era viuda o el marido estuviera ausente, y entonces había que quedarse hablando con la novia en la puerta de entrada al edificio, así el tiempo que se consideraba para que el noviazgo estuviere ya totalmente formalizado.

Para poder ir con la novia al cine, había que ir acompañado de un familiar femenino o una amiga. Yo realmente esta norma la estuve cumpliendo solo unos meses, primero sin conocimiento de sus padres, y luego creo que ya incluso sabiéndolo, íbamos solos.

Cuando se solicitaba el permiso para poder entrar a la casa para hablar allí con la novia, a escasos metros de la pareja de novios, y en el mismo compartimento, generalmente se sentaba la madre de la novia y allí permanecía, salvo rarísimas y brevísimas ocasiones, en la que una fuerza mayor le obligara a levantarse y dejar los novios solos, en cuyos momentos se aprovechaba la oportunidad para a lo mejor darse unpar de besos mutuamente. La vigilancia de los novios se ejercía generalmente solo por mujeres, o sea hermanas, madre, abuelas, tía o alguien de la familia y de condición femenina, y en alguna que otra ocasión hasta solía recurrirse a la ayuda de alguna vecina. A tal menester se le conocía por "carabina", lo que realmente no se, es el motivo de tal nombre.

Todo eso que llevo contado punto por punto es como sucedía aqui en Málaga. En los pueblos, por ejemplo en el mio, en público no se podía tomar a la novia por el brazo, ni por la mano, jamás podía dársele un beso ni para despedirse, si había gente delante, y públicamente, por ejemplo en los paseos, lo mas que se les permitía a la pareja era el caminar desde luego sin tomarse de la mano ni del brazo, y solo caminar sin nadie a su lado.

Hasta ahí llegaban todas las concesiones que públicamente se le hacía a las parejas de novios.

Pero, ¿esas costumbres y usos han cambiado con el paso de los años?. Como suele decirse, aquéllo y ésto, se parecen como un melón a una castaña. Con que naturalidad se marchan ahora, una, dos o mas parejas por ahí de viaje, de crucero, de fin de semana, donde y como quieren. Y Pregunto. ¿ Por que procedían de aquella forma las madres de entonces". Es que ellas querían a sus hijas mas que las madres de ahora, El porqué  del cambio tan radical de aquellas costumbres, que cuando la pérdida de la virginidad de una mujer sin que lo fuere dentro del propio matrimonio, era la deshonra para toda la familia. Como unas normas que se venían arrastrando desde hacía incluso siglos, ¿han desaparecido por completo en solo unas décadas? Yo, no me cuesta mucho trabajo el asimilarlo tal cual, pero sin duda lo ha sido a irlo viviendo en ese día a día, hasta llegar hasta ahora, pero si las madres de los que como yo estamos metidos en la nonageriedad, volvieran a la vida, con hijas jóvenes,  como iban a soportar a que todas ellas con su proceder "mancharan la honra de toda la familia". 

El honor y la honra de entonces, en nada se parecen a la de los actuales tiempos, especialmente por cuanto a lo relacionado con el tema tratado en esta entrada, que podríamos decir "que nadie le hace ni puñetero caso"

Y a todo este interrogante, yo mismo me contesto, "Sí, allí estaba yo entonces"  Pero, también, aquí sigo.


Hasta la próxima.