Así, hoy culmino el día llevando sobre mis espaldas, nada menos que noventa y un mes de septiembre. Quiero a este respecto, lo primero dar gracias a Dios por hacerme tan llevadera esa carga de tantísimos meses, aunque si vuelvo la vista atrás, hasta vértigo había de producirme por la inmensa profundidad donde se hallan, no el cuando me hicieron dicha foto, de lo que lógicamente nada me quedó, si no aquellos recuerdos de mi primera infancia de la que como de unos sueños y envueltos en una nebulosa guardo, y sin duda debe ser el primero de ellos, de hallarme sentado en una sillita muy pequeña y junto a mi madre que cosiendo junto a otras mujeres estaba en la puerta de mi casa.
Aunque creo lo he dicho en muchas ocasiones, lo principal en la vida cuando venimos al mundo, es hacerlo donde esperándote están con todo cariño unos buenos padres, y seguro de cómo lo hayan sido, y lo sean esos padres, ahí está sin duda el que te sitúen en la senda que habrás de llevar en todo el devenir de tu existencia, de la que si no te desvías de ella, y tu codicia y ambiciones no se desbocan, ten seguro habrás de sentirte privilegiado el haber tenido la suerte de ser agraciado con la venida a este mundo, que aunque alguien lo denominan un valle de lágrimas, no todos, de los que entre ellos me hallo, decimos lo mismo, si no la inmensa suerte de haber podido ser el elegido, cuando creo casi infinitas fueron las oportunidades que hubieron de coincidir para ser uno quien pudiera ser persona.
Este inmejorable premio con el que uno ha sido agraciado, y como no lo es para toda la vida, ésta debemos llevarla con el talante y actitudes lo mas alegres y felices posibles, aunque también hay que tener en cuenta las adversidades que han de presentarse a lo largo del camino que como suele decirse son gajes de ese premio con el que se es agraciado, y no hay que perderlo en quimeras ni aspiraciones a las que puede saberse imposibles de alcanzar.
El traer a colación esta entrada, se debe a que por radio he oído que hoy se celebra el "DÍA DE LOS MAYORES", como eufemísticamente se dice hoy de los ancianos o los viejos como antes se decía, que aunque eso no nos quite años de encima, tenemos que celebrar, la diferencia que existe entre la calidad de vida de los ancianos de cuando yo era niño, a la de ahora, es que no puede siquiera hallarse comparación, nada mas que el traer al recuerdo aquellos abuelos, que no contaban con ninguna clase de medios para sobrevivir, solían pasar, y eso los mas agraciados, cada mes en casa de uno de sus hijos e hijas, en los que generalmente, lo único que podían ofrecerle era compartir las miserias de aquellos hogares, donde las carencias, incluso hasta de los primerísimos artículos de necesidad eran la norma.
Por ello, y dando gracias a Dios, al Destino, a mi descendencia y otras circunstancias, gozo de una calidad de vida, que si he de calificarla, lo es incluso superior a la que he gozado a lo largo de buena parte de mi ya larga cumplida. Que, como lo está siendo, así lo siga durante el tiempo que caminar por este mundo me quede, es lo que pido y deseo, como así pido lo gocen todos los míos.
Hasta la próxima, y perdonar el tostón que pueda ocasionaros, al que tenga la osadía de leerlo.