Aunque el año pasado en esta misma fecha relaté en este mi blog con profundo lujo de detalles, la efemérides de dos aniversarios que se cumplen este día, como lo son, por proximidad el casamiento de mi hija, y por lejanía, la salida para el exilio durante la guerra civil española; la primera el año 1993, la segunda en 1936. No obstante a que como cito ya dejé constancia en mi entrada del pasado año, no puedo dejar pasar por alto lo acontecido en los momentos indicados.
Como me está pasando en estos momentos, me sucedía en la entrada que hice en 2008, y es el pensar si el próximo año me hallaré entre los vivos para volver a traerlo a mi memoria. En un año se suceden infinidad de acontecimientos, que así a vista de pájaro desde la distancia y en resumen podría decirse que han parecido un soplo. Un año a estas alturas de mi vida son todo una larga travesía que renqueando cuesta trabajo superarlo. El peso de los años que se van cumpliendo, resulta una onerosa carga que por mucho que uno quisiera, es imposible desprenderse de ella, y se convierte en un lastre que agrava el resto de inconveniencias que se van acumulando durante la travesía de esa anualidad. Por fortuna, en el año transcurrido desde ese 2008, aunque con ciertas circunstancias que a las primeras de cambio, hubieran podido parecer de cierta preocupación, una vez pasadas, no lo han sido tanto y en estos momentos firmaría, por que el espacio que nos separa hasta el próximo de 2010, lo fuera no mejor que este pasado, aunque tampoco peor por supuesto.
Lo principal de este último transcurrido, ha sido que los míos lo han hecho sin contratiempo alguno e igualmente a como lo hago para mí, así lo deseo que para ellos lo sea en la misma medida y circunstancias de las que han vivido este último.
Finalmente y pese a mi permanente recuerdo hacia mi mujer, en estas fechas mas que nunca, echo en falta su compañía con quien también poder compartir y comentar estos hechos pasados. Su felicidad sería inmensa al contemplar como es el discurrir de las vidas de nuestros hijos y nietos. La que yo gozo, con el entrañable amor que siempre y por siempre sentí y sentiré por ella, se lo envío unido a ese mi permanente recuerdo.
Esta última entrada al blog ha sido un tanto tardía, espero no lo sea tanto la próxima.
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