miércoles, 19 de noviembre de 2008

Santa Isabel de Hungría


Aunque en algunos calendarios he visto la festividad de Santa Isabel de Hungría el día 17 de noviembre, realmente la Iglesia lo celebra en el día de hoy, 19 de noviembre, como desde que yo tengo uso de razón lo ha venido haciendo.

Pero mi entrada en este mi blog en el día de la fecha, no ha sido para polemizar cuándo debe celebrarse la festividad de Santa Isabel, sino para referirme al noviazgo mas breve de toda mi historia amorosa, que aunque tal vez parezca que yo fui un Don Juan en mi juventud, lamento defraudar a quien así lo piense, toda vez que el haber tenido que pasar esa juventud en una localidad donde nada tenías para poder pasar el tiempo que el trabajo te dejaba libre, no es de extrañar, que los de temperamento algo mas inquieto dedicáramos parte de ese tiempo a intentar proporcionarte unas relaciones amorosas.

El traer esto a colación en el día de Santa Isabel, está motivado a que con una joven llamada Isabel, sostuve el noviazgo mas breve de los pocos que hasta entonces había tenido. Pues resulta que una chica, natural y vecina del Viso de los Pedroches, a la que llamaban Isabelita, vino a casa de mi tía Mercedes en Villaharta, para pasar unos días junto a mi prima "Merceditas" de la que era amiga. Yo, no se porqué, tenía cierta debilidad hacia las forasteras, y tan pronto tuve noticia de su llegada a casa de mi tía, me presenté allí a fin de conocerla. Era de estatura normal para aquellas fechas, tenía el pelo rubio, pero en fin lo que más destacaba en ella eran unos ojos verdes preciosos. Por lo demás todo muy normal, eso sí, tenía 18 años de edad.

Llegué a casa de mi tía, mi prima me la presentó, esto serían aproximadamente las nueve de la noche y estuve charlando con ella hasta bastantes después de la doce. Como quiera que me dijo que pensaba estar allí solo unos diez días, yo para no perder tiempo terminé pidiéndole relaciones. Me dijo que había tenido novio por espacio de poco tiempo y que era un Guardia Civil que estaba de Puesto en su pueblo, y que hacía como un mes que se habían disgustado. Aquella noche cuando nos despedimos, me prometió que al día siguiente me daría la contestación a mis pretensiones de hacernos novios.

Efectivamente al siguiente día y no por la noche, si no por la tarde tan pronto llegué y le solicité su respuesta, como yo esperaba, según terminó la velada anterior, fue aceptar nuestras relaciones. La velada de ese día, fue aún mas prolongada que la anterior.

Cuando al llegar al siguiente, mi tía Mercedes me estaba esperando, me llamó aparte y me hizo que le prometiera que aquel noviazgo iba en plan serio y no como otros de los míos anteriores. A mí en realidad me costó poco trabajo prometer a mi tía que así sería, aunque he de confesar que mis intenciones no estaban en aquellos momentos en tal dirección.

A los tres o cuatro días de formalizado nuestro noviazgo, llegó el de su Santo, que este tal motivo ha sido el relataros mi peripecia.

Algo más de una semana tras iniciadas nuestras relaciones se marchó a su pueblo, y quedamos que pasados tres o cuatro días le escribiera yo la primera carta, a fin de que ella fuera poniendo en antecedentes a sus padres. En casa de éstos estaba la central de telégrafos, era lo único que yo sabía de ellos.

Como habíamos acordado, tras tres o cuatro día de su marcha le escribí mi primera carta. Empezaron a pasar unos cuantos mas de los que yo esperaba su contestación y al cabo de por lo menos doce o catorce después de escribirle, recibí la suya. La noticia que en ella me daba, lo confieso me supuso cierta alegría y el quitarme un cierto peso de encima. Me decía que nuestras relaciones se terminaban y que perdonara, había hecho las paces con su antiguo novio, el Guardia Civil. Al cabo de los años tuve noticia que se había casado con él. Lo que hubiera sido el quedar mal con mi tía Mercedes, supuso que el concepto que hasta entonces tuvo de "Isabelita" le hizo cambiar un tanto, y yo fui exculpado de haber ido solamente a aprovecharme de ella, como en casos de echarse novia por pasar el rato solía decirse. Esto acaeció en el año 1949. Ha llovido desde entonces.

Hasta otra, que espero tenga algo más de interés que ésta.

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