jueves, 11 de octubre de 2018

Recuerdos desde la 109


Mi situación en la 109 continúa siendo la misma desde que a ella llegué. 

Como ninguna obligación tengo a cargo, mi sueño, con que llegue a las cinco horas, satisfecho me hallo. Por tanto mi cerebro libertad de pensamiento tiene, tal es así, que creo no ha pasado un solo día sin que el mismo haya ido desbrozando, quizás hasta detalles ínfimos, de ese largo caminar por este mundo de Dios.

A medida que los días han ido pasando, y como creo lo he dicho en alguna que otra ocasión, traer a mente algunos de los muchísimos recuerdos acaecidos, ha sido lo que la mayoría de mis pensares han hecho. Pero, ¿dónde está el punto o lugar donde se sucedieron su inmensa mayoría? Allí, En aquel hogar que entre sus cuatro paredes les sirve hoy de prisión, con la agravante de que su condena es a PERPETUIDAD. Allí continuaran  vagando como fantasmas sin que nada ni nadie los moleste, pero tampoco lo traigan a recuerdo. Otros moradores ocuparan el mismo, pero que ignorarán todo aquello que se fraguo durante varios lustros y que así permanecerán por los siglos de los siglos, y como diría Cervantes, "nadie los arrancaran de donde están ni a tres tirones".

Cierto es que las personas pasamos y los recuerdos quedan, pero aquello que fue del mayor gozo y felicidad de los que lo vivieron, de nada vale, ni a otros les sirve, si no que se irán con nosotros e ignoro si de algo valdrá en ese misterioso mas allá.

Si el venir a este mundo, aparte de ser como un milagro para nuestro bien, también el contrato de nuestra venida, tiene una clausula que nos obliga a abandonarlo, y que solo el notario que lo formuló, sabrá cuando hemos de hacerlo.

Esos recuerdos que del mayor gozo nos fueron, si hubiere la posibilidad de que pudieran repetirse, para que tal lo fueren, tenían que darse en  el mismo lugar y por los mismos actores, de lo contrario nada tendrían que ver lo uno con lo otro, pero esto son disquisiciones que ya a nada nos conduce.

Una cuestión es la principal que a Dios pido me la mantenga, y es que no me retire ese don del recuerdo y con ello el regodeo que produce poderlo hacer. Sin ninguna duda es uno de los privilegios del ser humano, y que así también es uno de los acicates de nuestro vivir.

Los que ya pasados de años nos hallamos, y como creo me he repetido en muchas ocasiones, vivimos más del recuerdo que de las expectativas, porque éstas escasas son y al tiempo de dudosa posibilidad, así seguimos meciéndonos en aquellos y quizás sea del mayor deleite.

Si puedo dar fe de una cuestión, sin que por ello se me exija tener la titulación de notaría, y es que las sensibilidades se acentúan con el paso del tiempo, tanto para el mayor goce como por la contra son para el sufrimiento. El llegar a la nonageriedad tiene dos cuestiones totalmente diferentes la una de la otra: la una seguir gozando del paso por la vida, y la otra, el ir dejando en el camino seres que te rebanaron el alma con su ausencia, y por muy largo que sea el camino y tiempo que pasa, no es que no se puedan olvidar, si no que esa herida ni siquiera se cicatrice por completo. Así es la vida.

Otra entrada más en este blog, y que mientras mi vida alentare, como se dice en una canción religiosa, y mantenga las facultades para ello, continuaré escribiendo cuanto considere merece la pena, por lo menos que a mi me parezca.

Por cuanto a la alusión que no abiertamente se hace de la que fue mi casa, y digo lo fue, por la seguridad que tengo no volverá a serlo en el sentido de su habitabilidad permanente y en este momento que tal escribiéndolo estoy, se me encoge el alma, al punto que algunas lágrimas se han asomado a mis ojos para justificar ese sentimiento. Todos aquellos acontecimientos y actos que allí se dieron, allí prisioneros están y solo queda la posibilidad de traerlos al recuerdo, que como digo anteriormente, por satisfecho me doy con poder continuar haciéndolo.

Hasta la próxima que será cuando algo se me ocurra merezca la pena relatar.

5 comentarios:

Carmen dijo...

Hoy te veo un poco desanimado, quizás sea por el tiempo lluvioso que nos acompaña, al menos a mí me pone melancólica como creo que a la mayoría de los, como tú dices "entrados en años" aunque estos días, los recuerdo tristes toda la vida, reconozco que es buenísimo que llueva, pero yo necesito el sol para vivir, diré cómo Serrat " Que le voy a hacer si yooooo, nací en el Mediterráneo " . Celebro que los recuerdos de tu casa sean muy gratos para ti y al mismo tiempo que también sean buenas tus vivencias en la 109. No todo el mundo sería tan capaz Sr. Galán. Bss. Carmen.

El abuelo de Villaharta dijo...


Al precioso comentario le has puesto un nombre que no quiero recordar, y por tanto le resta el 90% de su valía.

El abuelo de Villaharta dijo...



Otrosidigo: Me encanta este tiempo, por tanto no puede deprimirme. Sra. Carmen Bss

El abuelo de Villaharta dijo...



Lo de que has puesto un nombre, es de broma.-

DANIEL TORRES dijo...

Sí, con esta entrada nos invitas a reflexionar profundamebte, Rafsel. Y cuánto te lo agradezco. Más si cabe que otras veces, si es que eso es posible. Ahora, ¿qué cálculo es ese que habla de cantidad y no de calidad? Tú, precisamente, nos descubres cada día que cada día cuenta. Y lo haces porque esa metáfora de que cada uno de nosotros tiene el poder de escribir su propia vida y no solo leer la vida de otros, tú la has convertido en real. Con cada línea nueva que escribes, nos invitas a crear nuestro futuro y vivir plenamente. Con cada nueva línea que compartes con nosotros, te reafirmas en que ya eres inmortal. Gracias por invitarnos a serlo también. Contigo y gracias a ti.