Casi un mes llevaba ya si entrar en el blog. Hoy la festividad de Santa Bárbara, me ha traído al recuerdo de cuando este día era el de mi patrona. En dos situaciones distintas y muy diferentes la una de la otra, en esta fecha celebrábamos esta festividad. La primera era de cuando yo trabajaba en la mina y la segunda de cuando fui a la mili, en que me destinaron a Artillería.
De la mina, por lo menos para mí, lo único que me gustaba es que no trabajábamos y nos pagaban el sueldo. Nos reuníamos los compañeros, tomábamos unas copas y nos dedicábamos a comentar cosas del trabajo, que por cierto era novedad eso de trabajar bastante gente en una mina y que no estaba lejos del pueblo.
Pero lo que me ha hecho reaccionar hoy al recordarlo, fue la primera patrona que pase en el ejército, que aunque yo prestaba el servicio en Capitanía, lo hacía entonces como agregado y seguía perteneciendo al Regimiento de Artillería 14. Lo que mas recuerdo de aquella fiesta, fue la participación del torero Pepe Luis Vázquez, uno de los grandes de la fiesta en aquellas fechas, y uno de los mejores de todos los tiempos en la faena de capa y que como había prestado el servicio militar en aquel Regimiento, se brindó a matar un par de novillos aquella tarde y fue un éxito rotundo.
Con el reposo y sosiego que me dan los sesenta y tres años transcurridos de aquella fecha, me bulle en el sentimiento cierta tristeza de aquella juventud que entonces disfrutaba y de la que hace ya bastantes años perdí. Cuán diferente fue el transcurrir de aquel 4 de diciembre de 1946 al de hoy 4 de diciembre de 2009. Aquellos veintiún años con que entonces contaba a los ochenta y cuatro de hoy. Unos deseos e incertidumbres de lo que habría de ser mi futuro, sobre todo y como en muchas ocasiones los he citado, eran cual habría de ser mi actividad con la que habría de ganarme el sustento y quién y cómo sería la mujer con la que me casaría. Ninguna de esas dos preocupaciones las veía nada claras. Soñar, soñaba con todo lo habido y por haber, pero si alguien en aquel día, me hubiera dicho como iba a ser todo el desarrollo en el futuro de aquellas inquietudes, primero le daría las gracias por los buenos designios que me anunciaba, pero que todo sería fruto del buen deseo que en ello tuviera, y de haberle creído, tal vez se hubiera quedado entre mis brazos por el fortísimo apretón que le habría dado. Lo que jamás le hubiera dado por acertado, si me hubiere dicho que en tal día como hoy de 2009, estuviera todavía transitando por este mundo de Dios con todo el enorme capital familiar y humano que me rodea, aunque con la gran falta de la que se fue hace ya cerca de trece años.
Al recordar aquel 4 de diciembre de 1946, me ha traído a la memoria a mi paisano José Carrillo Gómez, que era de mi "quinta" y los dos fuimos destinados al mismo Regimiento y que, como no estuvimos juntos todo el día. Él, hace ya algunos años que falleció.
Hasta otra.
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