sábado, 14 de noviembre de 2015

Examen de ingreso


Tal mañana como la de hoy, pero de 1949, por tanto hace SESENTA Y SEIS AÑOS, me examinaba en la Comandancia de Córdoba opositando para mi ingreso en la Guardia Civil. Aquel momento lo llevaba esperando desde hacía algo más de dos, y al fin salvaba las dificultades que hasta entonces  me lo habían impedido, cuyas circunstancias tanto en mis memorias como en alguna entrada que sobre este particular creo he realizado en este blog, las había señalado. Posiblemente, como ahora, cuando faltan algunos minutos para la una de la tarde, aquel día colocaban a la puerta de la dependencia donde se habían celebrado los exámenes, la lista de los "Aprobados", en la que yo figuraba.

Baladí podrá parecer tal consecución, pero entonces, y aun hoy lo mantengo, resultó ser para mí,  una de las consecuciones mas ilusionantes de mi vida. Cuando ante la lista expuesta, mis ojos veían mi nombre colocado en la misma como aprobado, una sacudida de satisfacción y alegría recorría todo mi ser, y además de todo cuanto para mí esperaba podía suponer, como así resultó ser, la alegría que de ello iban a recibir mis padres, colmaba la mayor de las alegrías que personalmente había recibído hasta entonces, tal vez comparada con la que tuve cuando en la mili, conseguí mi pase como mecanógrafo a las oficinas de la Capitanía General, cuyo acontecer lo he relatado seguramente mas veces de las que debiera, como sucede  exactamente con la de hoy.

En fin, aquella tarde cuando a casa de mis padres llegaba y les daba la noticia de mi aprobado, colmado de lágrimas recibía de cada uno de ellos, uno de los mayores abrazos y besos y que suponía el "no va más", de  las satisfacciones.

Más de treinta y un años de servicio en el Cuerpo, y además de treinta y cuatro los que llevo "retirado", de los que pocos  días habré dejado de dar gracias a Dios por aquella consecución, por muchos más que pudiera sobrevivirlos, de lo que consciente soy de que no muy luengos puedan ser, aun me faltarían mas para poder dar las suficientes a cuanto ello de dicha y felicidad me proporcionó.

Vaya esta corta entrada de hoy, principalmente como añadido a ese agradecimiento apuntado anteriormente, sintiéndome plenamente feliz y orgulloso de como a partir de aquel parecido como perdido en el paso del tiempo, año 1949, y que transcurridos 66 años por esta vida, sigo transitando, y aunque peque de reiterativo por lo también muchas veces expresado, sin duda recibí, y recibiendo lo continuo, mas de lo que yo pudiera nunca haber dado y merecido.

Hasta la próxima entrada.

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