Hoy 12 de octubre, festividad de la Virgen del Pilar o día de la Patrona, como siempre hemos dicho los Civiles, he asistido a la Misa que en Cuartel de los Ángeles de esta Capital se ha celebrado, como desde hace muchísimos años se ha venido haciendo
Dos motivaciones especiales me llevan a asistir a esta celebración todos los años que puedo. La primera en honor y recuerdo a mi mujer, que por nada del mundo quería perderse tal acontecimiento. La segunda, el amor que siempre he sentido por el Cuerpo y como agradecimiento a todo cuanto me dio en los treinta y un años que pertenecí al mismo. Me cabe la satisfacción, de que por mi parte, yo tampoco escatimé entrega, e incluso sacrificio, en los múltiples servicios que me fueron encomendados o tomé parte.
¡Cuántos recuerdos han venido a mis sentimientos en este día! De los treinta y un días de la Patrona que pasé en la Guardia Civil, estando en servicio activo, uno, el primero, lo pasé en Torrelasal, puede decirse que sin pena ni gloria. Otro, en 1970, en Velez-Málaga, y este sí fue una celebración de las que dejan recuerdo. Las veintinueve restantes, todas aquí en Málaga. Unas cuantas estando en estado soltero, y a varias lo fue, en compañía de mi entonces novia. De éstas, posiblemente la que mas recuerdo fue la que lo hicimos dos parejas, mi entrañable amigo y compañero entonces José Becerra Guerra, acompañado de Maruja, su novia, y yo con la mía. Yo entonces tenía un ojo malo, nos hicimos los cuatro una fotografía bailando, yo con unas gafas de sol y se me nota el vendaje con el que tenía el ojo cubierto. Mi amigo Pepe Becerra, asistió a mi boda y desde la casa de mi suegra, donde habíamos celebrado el pequeño convite, juntamente con Maruja, nos acompañaron, por cierto lo hicimos andando, hasta cerca de donde pusimos el piso y pasamos la primera noche de novios. Ellos se quedaron un poco antes, donde ambos residían en casas próximas y en la misma calle, no muy lejos de la nuestra. Pepe Becerra, al poco tiempo se licenció y se fue a trabajar a un Banco. Era de mi edad, pero falleció muy joven, sin duda hace alrededor de treinta años. Un sentido recuerdo para mi amigo Pepe. Se casó poco tiempo después que nosotros, y al fallecer, dejó viuda y dos hijas pequeñas. Perdonar que haya hecho este paréntesis, pero la amistad que me unió a él, lo merecen.
¡Cuántos recuerdos han venido a mis sentimientos en este día! De los treinta y un días de la Patrona que pasé en la Guardia Civil, estando en servicio activo, uno, el primero, lo pasé en Torrelasal, puede decirse que sin pena ni gloria. Otro, en 1970, en Velez-Málaga, y este sí fue una celebración de las que dejan recuerdo. Las veintinueve restantes, todas aquí en Málaga. Unas cuantas estando en estado soltero, y a varias lo fue, en compañía de mi entonces novia. De éstas, posiblemente la que mas recuerdo fue la que lo hicimos dos parejas, mi entrañable amigo y compañero entonces José Becerra Guerra, acompañado de Maruja, su novia, y yo con la mía. Yo entonces tenía un ojo malo, nos hicimos los cuatro una fotografía bailando, yo con unas gafas de sol y se me nota el vendaje con el que tenía el ojo cubierto. Mi amigo Pepe Becerra, asistió a mi boda y desde la casa de mi suegra, donde habíamos celebrado el pequeño convite, juntamente con Maruja, nos acompañaron, por cierto lo hicimos andando, hasta cerca de donde pusimos el piso y pasamos la primera noche de novios. Ellos se quedaron un poco antes, donde ambos residían en casas próximas y en la misma calle, no muy lejos de la nuestra. Pepe Becerra, al poco tiempo se licenció y se fue a trabajar a un Banco. Era de mi edad, pero falleció muy joven, sin duda hace alrededor de treinta años. Un sentido recuerdo para mi amigo Pepe. Se casó poco tiempo después que nosotros, y al fallecer, dejó viuda y dos hijas pequeñas. Perdonar que haya hecho este paréntesis, pero la amistad que me unió a él, lo merecen.
Bueno, volviendo a otros recuerdos de mi asistencia a la misa y actos celebrados con motivo de la festividad de la Patrona, sería un relato interminable citar siquiera brevemente las que dejaron mella en mi sentir, pero si tuviera que resaltar alguna de ellas, sería sin duda la celebrada, creo fue el año 1975, que lo hicieron además de mi mujer, mi hija que aún era una niña, y mis dos hijos vestidos con sus uniformes de Cadetes de la Academia General Militar, El mayor con divisas de Sargento galonista. Fuimos toda la familia el destino de las miradas de la inmensa mayoría de los asistentes, muchas sin duda con sana o maligna envidia. Mi mujer y yo no cabíamos de gozo, en nuestros trajes. Una fotografía tengo de aquella festividad. A ELLA, le ofrezco la misa de hoy y el recuerdo de aquella lejana Patrona. Yo también guardo el regusto de tan inolvidable efemérides.
Hasta otra.
1 comentario:
Esa fotografía que comentas de la patrona, corresponde a la del año 1976; desde entonces la llevo siempre en la cartera y aunque ya algo gastada por el paso del tiempo sigue estando muy presente en mi vida pues es como el nexo de unión con ese pasado tan dichoso para todos.
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